Los mexicanos tenemos el deber de demostrar que hemos superado los tiempos del paternalismo y no esperar que el gobierno haga todo solo.
Las promesas de campaña quedaron atrás, ahora es el momento de que el nuevo presidente, Andrés Manuel López Obrador, trabaje de manera efectiva por el beneficio de todos los mexicanos, sin anteponer el bien superior de la Nación a los intereses de cualquier persona, grupo e ideología.
Es natural que a la llegada de un renovado equipo dentro de la administración pública exista expectativa de cuáles serán sus directrices a seguir mismas que se esperan sean para ofrecer mejores condiciones de vida de los mexicanos.
Sin embargo, también es muy legítima la preocupación que existe en algunos círculos de la población a quienes ha inquietado la toma de decisiones radicales con las que ya se ha generado incertidumbre económica, como lo es la cancelación de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, o con decisiones como la sustitución de los representantes de los gobiernos de los Estados por superdelegados nombrados por el Jefe del Ejecutivo.
Otra situación que pone en alerta a muchos es que el Jefe del Ejecutivo caiga en la tentación de abusar del poder absoluto con el que se ve favorecido al estar arropado en ambas Cámaras por la mayoría absoluta de sus copartidarios, por lo que es fundamental que se mantenga con la mirada y los oídos bien abiertos para escuchar a todas las voces y mirar a todos los sectores sin distingo, de ser así, sin duda tomará las mejores decisiones en bien del país con base en la justicia, la equidad, la transparencia y la apertura.
Todos los mexicanos deseamos que le vaya muy bien al presidente López Obrador al frente de la administración de su gobierno, pues tenemos la certeza de que de esta manera al país también le irá bien.
Es importante resaltar que la participación ciudadana es fundamental para que el país avance por el camino del bienestar general. Los mexicanos tenemos el deber de demostrar que hemos superado los tiempos del paternalismo que tanto daño hicieron a muchas generaciones y no esperar que el gobierno haga todo solo.
No todo es asistir a las urnas y emitir un voto; no se vale únicamente rumear cuando estamos en desacuerdo con las autoridades; el destino está en las manos y voluntad de cada uno de los ciudadanos quienes tienen ante sí un momento histórico para trabajar y coadyuvar a que el gobierno haga bien las cosas.
Por otra parte, no sale sobrando recordar a la nueva clase gobernante que en las urnas millones de mexicanos les otorgaron su confianza para trabajar por el bien del país, por lo que no hay pretextos para que su dedicación sea esforzada y siempre tengan en mente que están al servicio de la Nación y no al revés.
El nuevo capítulo en la historia de México está escribiéndose al llegar Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República, así como un renovado Congreso de la Unión. Nadie puede quedar afuera del protagonismo de este paso en la conformación del presente y futuro de nuestra gran Nación.